Nio de Xerjoff es una fragancia unisex que fue lanzada en 2009, destacándose por su frescura vibrante y su complejidad refinada. Esta creación olfativa se ha consolidado como una de las más emblemáticas de la marca, ofreciendo una experiencia sensorial que apela tanto a hombres como a mujeres. Con una composición que evoca la naturaleza y la sofisticación, Nio es ideal para aquellos que buscan una fragancia fresca, pero con la profundidad y el carácter que solo las composiciones más complejas pueden ofrecer. Es una fragancia perfecta para quienes aprecian un perfume limpio, pero que también tenga la capacidad de dejar una huella duradera.

Notas de Salida

La fragancia se abre con una vibrante mezcla de bergamota, notas verdes y neroli, creando una apertura fresca, luminosa y energética. La bergamota, con su frescura cítrica y ligeramente afrutada, proporciona una sensación revitalizante, mientras que las notas verdes ofrecen una frescura herbácea que remite a la naturaleza en su estado más puro. El neroli, con su característico aroma floral y ligeramente amargo, añade una complejidad adicional, que da cuerpo a una apertura delicada pero impactante. Este inicio fresco y aromático envuelve los sentidos con una sensación de libertad y elegancia natural.

Notas de Corazón

A medida que Nio de Xerjoff  se desarrolla, el corazón revela una combinación intrigante y especiada de cardamomo, pimienta rosa, jazmín y nuez moscada. El cardamomo, con su calidez picante, se mezcla perfectamente con la pimienta rosa, que añade un toque especiado y ligeramente dulce. Estas notas se equilibran con la suavidad floral del jazmín, que aporta una frescura romántica, y la nuez moscada, que aporta una capa de calidez exótica y complejidad. Este corazón especiado y floral crea una transición perfecta entre la frescura de las notas iniciales y la profundidad que se encuentra en la base, manteniendo la fragancia vibrante y en constante evolución.

Notas de Fondo

El fondo de Nio es una mezcla de vetiver, cedro de Virginia, madera de gaiac, pachulí y ámbar, que le da una gran riqueza y una durabilidad extraordinaria. El vetiver, con su aroma terroso y ligeramente ahumado, se fusiona con el cedro de Virginia, que aporta una calidad resinosa y amaderada. La madera de gaiac añade una sensación de profundidad y robustez, mientras que el pachulí proporciona una base terrosa y ligeramente dulce. El ámbar, cálido y resinosa, envuelve la fragancia, añadiendo un toque de suavidad que equilibrará las notas amaderadas y especiadas. Este fondo aporta una sensualidad sofisticada y un equilibrio perfecto con las notas más frescas y florales que la fragancia presenta en sus primeras etapas.

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